Horarios de trabajo irregulares, distracciones con medios digitales, preocupaciones profesionales o personales, son numerosos los factores que hoy en día nos dificultan dormir y, muchas veces, nos mantienen despiertos demasiado tiempo. Todos conocemos las consecuencias a corto plazo de dormir poco: agotamiento, falta de ánimo y dificultades para concentrarse. De acuerdo con estimaciones del Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos, alrededor del 30 por ciento de la población se queja de dificultades para dormir.
Dormir poco de manera permanente daña, incluso, nuestra salud psíquica, mental y física. Según el psicólogo y experto en sueño Hans-Günter Weeß, tan solo dos horas menos de sueño incrementan nuestro riesgo de sufrir un resfriado e hipertensión arterial, así como la probabilidad de tener exceso de peso. Estudios actuales demuestran el alto nivel de relevancia de dormir para que el cuerpo descanse y se regenere. Así, puede comprobarse que aquellos que duermen lo suficiente son más productivos, tienen un mejor sistema inmunitario y, en la mayoría de los casos, también tienen mejor humor.
En síntesis, existen buenas razones para dar un alto grado de importancia a dormir lo suficiente. Sin embargo, la pregunta de cuál es la cantidad ideal de horas para dormir no puede responderse a modo general, dado que depende, por un lado, de la calidad del sueño y, por el otro, sobre todo, de factores genéticos.
La Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos (National Sleep Foundation), una organización sin fines de lucro, ha llevado a cabo uno de los mayores estudios científicos hasta el momento sobre la duración óptima del sueño. Los 18 expertos del grupo de investigación están de acuerdo en que la cantidad ideal para dormir varía en función de la persona y está influida por diversos factores. No obstante, los investigadores han logrado elaborar recomendaciones para la duración mínima, media y máxima del sueño.
Mientras que los recién nacidos necesitan todavía entre 14 y 17 horas de sueño por día, los niños en edad escolar precisan entre nueve y once, y los adolescentes, de ocho a diez horas. A partir de la edad adulta, se recomienda dormir, en promedio, entre siete y nueve horas, mientras que la recomendación para mayores de 65 años yace entre las siete y ocho horas. La siguiente gráfica muestra la cantidad de horas de sueño recomendada en cada etapa de la vida (fuente de la gráfica: Fotolia; autor: Good Studio).
La cantidad de horas que dormimos varía en función del país. Los franceses, por ejemplo, suelen dormir mucho y promedian 8.8 horas por día, mientras que las personas de Japón y Corea del Sur duermen solo 7.8 horas en promedio. En los 30 países miembros de la OCDE, se duerme, en promedio, 8.4 horas por día (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (2009): Panorama de la Sociedad 2009).
Sin embargo, la necesidad de sueño está marcada, en gran medida, por una predisposición genética y, por tal motivo, varía mucho en función de la persona. Aquel que pueda concentrarse sin problemas durante la mayor parte del día y se sienta bien física y emocionalmente, ha encontrado su cantidad óptima de horas de sueño. Por medio de los siguientes consejos, se puede descubrir la cantidad necesaria de horas de sueño para cada persona:
· Escuchar el reloj interno e ir a dormir inmediatamente al sentir cansancio durante tres días seguidos.
· Esas noches, evitar el consumo de estimulantes, como el alcohol y el tabaco.
· Dormir la mayor cantidad de horas posible hasta despertarse solo y despabilado.
· Después de esos tres días, sumar la cantidad de horas dormidas y calcular el promedio. El resultado indica la cantidad de horas de sueño necesarias para estar recuperado y despabilado a la mañana.
Ser una persona que duerme mucho o poco no es evidencia de ningún rasgo de personalidad o de un cierto grado de productividad general. La historia es testigo de esto con famosos ejemplos: mientras que Napoleón se vanagloriaba de no necesitar más de cinco horas de sueño por día, Albert Einstein se convirtió en el físico más reconocido del siglo veinte durmiendo alrededor de 12 horas diarias. De una manera o de otra, la mayoría de las personas coincide con el poeta alemán Heinrich Heine: “El sueño es el descubrimiento más exquisito.”