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Calcio – el mineral clave para la vida

¿Cuán importante es el calcio?

No solo se trata de un mineral clave para la vida, sino que es el mineral más abundante en el cuerpo humano; la proporción de calcio en el cuerpo es de alrededor de 1 kg, por lo que se trata de uno de los macroelementos. Alrededor del 99 % se encuentra en forma de determinados compuestos de fósforo (hidroxiapatita) en el tejido óseo y en los dientes –solo alrededor del 1 % está disperso en la sangre y en los espacios extracelulares, es decir, las sustancias entre las células–. El calcio se encarga de muchas funciones en el cuerpo: En principio, es responsable por la mineralización de los huesos y de los dientes y también por la formación de tejido duro. Un suministro suficiente de calcio es importante para un crecimiento saludable y para que el metabolismo funcione sin contratiempos. También participa de la coagulación de la sangre y de numerosos procesos en torno a las células, los músculos y el sistema nervioso.

 

¿Cómo funciona el metabolismo del calcio?

El término “metabolismo del calcio” se refiere a todos los procesos de la captación, distribución, almacenamiento y excreción del calcio. El objetivo del metabolismo del calcio es generar en todos los fluidos corporales una especie de equilibrio de iones de calcio (homeostasis = tendencia fisiológica a mantener dicho equilibrio).

Tres hormonas participan de la regulación del metabolismo de calcio:

· Parathormona

· Calcitriol (surge de la vitamina D3)

· Calcitonina

Las tres hormonas influyen en la reabsorción de calcio en el intestino delgado, en la excreción de calcio a través de la orina y en la captación de calcio o su liberación a los huesos.

Si el nivel de calcio es bajo, se aumenta la producción y liberación de parathormona en las células paratiroideas. La parathormona llega luego al riñón y estimula allí la formación de calcitriol. Tanto la parathormona como el calcitriol promueven en los huesos la liberación de calcio desde el esqueleto. En el intestino delgado, el calcitriol promueve la captación de calcio, mientras que la parathormona reduce en el riñón la excreción de calcio. Así aumenta el nivel de calcio y se puede restaurar el balance de calcio.

Si por el contrario el nivel de calcio es alto, se incrementa la liberación de calcitonina desde las células C del páncreas. En los huesos, la calcitonina inhibe la liberación de calcio desde el esqueleto. Asimismo, la calcitonina estimula en el riñón la excreción de calcio. A través de estos dos mecanismos, la calcitonina reduce la concentración de calcio y se restaura el equilibrio.

En el caso de desvíos mínimos del equilibrio, suelen ser suficientes los mecanismos de compensación en el intestino y en los riñones para restaurar el balance de calcio. La liberación de calcio desde los huesos y la consecuente pérdida de masa ósea recién se producen si fracasan estos mecanismos de regulación.

En principio, es necesaria la vitamina D para la reabsorción de calcio, dado que se trata de una fase previa de la calcitonina. En las personas saludables, la concentración de calcio en sangre debería ubicarse entre los 2,1 mmol/l y los 2,6 mmol/l.

 

¿Para qué necesita calcio el cuerpo?

 

Huesos saludables

La masa ósea total del cuerpo representa entre el 12 % y el 15 % del peso corporal –la de las mujeres tiende a ser algo menor que la de los hombres–. El término “masa ósea” se refiere a todos los componentes del sistema esquelético. La porción compuesta por minerales constituye el “material” formador de los huesos propiamente dicho y está representada principalmente por el calcio. Asimismo, los huesos contienen médula ósea, periostio, tejido corporal formador de grasa y de sangre, nervios y conductos sanguíneos, y también plasma y líquido intersticial.

El tejido óseo también se “renueva” en determinados intervalos de tiempo. Esto quiere decir concretamente que en el marco de la renovación celular se intercambian células viejas por nuevas. Los osteoclastos descomponen anualmente alrededor del ocho al diez por ciento del tejido óseo viejo, los osteoblastos lo reconstruyen.

La velocidad con la que este proceso renueva la totalidad del esqueleto depende del balance hormonal y puede ralentizarse en personas mayores.

Dientes y mandíbula

Los dientes se componen en su mayor parte de dentina, una sustancia dura similar a los huesos. La dentina se compone de aprox. un 30 % de sustancia básica extracelular a la que se integran fibras colágenas y minerales, incluyendo calcio, entre otros. También es indispensable para el esmalte: se compone en un 97 % de un compuesto de fósforo y calcio (hidroxiapatita). Es asimismo importante que los dientes, los cuales están expuestos a un esfuerzo mecánico, se encuentren firmemente fijados a los huesos maxilares. La estabilidad de los huesos maxilares solo puede garantizarse en forma duradera con un consumo suficiente de calcio.

Nervios y músculos

El calcio es parcialmente responsable por la transmisión de impulsos y, en consecuencia, por la excitabilidad y el control de los nervios y la musculatura. La contracción solo se hace posible por el ingreso de iones de calcio a la musculatura. La deficiencia de calcio puede entonces evidenciarse en temblores musculares o calambres.

Coagulación de la sangre

En los complejos procesos de la coagulación de la sangre se ven involucrados, entre otros, los factores de coagulación. Se trata de proteínas cuyos enlaces se rompen bajo determinadas circunstancias y así se activan. Los factores de coagulación, a su vez, ponen en marcha la “cascada de coagulación” (un proceso coordinado con precisión en el que los factores de coagulación pasan a estar activos en un orden definido y activan determinados procesos enzimáticos), que en última instancia constituye el fundamento de la coagulación plasmática. Existen doce factores de coagulación distintos con numeración romana. El calcio es el factor IV.

 

Deficiencia de calcio y exceso de calcio

En adultos, el requerimiento de calcio suele ubicarse en los 1000 mg/día. No siempre puede cubrirse este requerimiento por medio de la alimentación. Hay circunstancias transitorias (como por ej. el embarazo o la lactancia) que pueden contribuir a que haya déficit en el suministro de calcio, pero también factores duraderos como la predisposición genética. En ambos casos, un análisis de sangre debería dar respuestas sobre cómo modificar la alimentación y sobre si debería haber una ingesta adicional de calcio mediante un suplemento dietario.

Posibles causas de una deficiencia de calcio

· Alimentación pobre en calcio

· Falta de vitamina D, la cual facilita la absorción de calcio

· Predisposición genética

· Trastornos hormonales

· Determinadas patologías (por ej. del páncreas o de los riñones)

· Incremento en el consumo de alcohol

· Ser fumador

· Deportistas de alto rendimiento#

· Determinados medicamentos (diuréticos, cortisona, antiepilépticos)

· Hiperfosfatemia (niveles de fosfato en sangre demasiado altos)

 

Los siguientes consejos contribuyen a facilitar el suministro de calcio:

Suficiente vitamina D

La vitamina D es imprescindible para una buena captación de este mineral; de ella depende que el calcio se pueda captar a través del intestino y se pueda trasladar a la sangre. La captación de vitamina D a través de la alimentación (manteca, pescados grasos) es escasa. La produce principalmente el mismo cuerpo con ayuda de los rayos solares.

La relación fosfato-calcio debe ser adecuada

La relación fosfato-calcio debe ser tal que el cuerpo no resorba más fósforo que calcio. ¿Por qué? El cuerpo siempre se esfuerza por generar una concentración equilibrada de calcio y fosfato. Si la concentración de fosfato es mayor que la concentración de calcio, el cuerpo se sirve de las reservas de calcio (por ej. de los huesos) para lograr una relación equilibrada. Dado que el cuerpo tiene un desempeño mucho mejor a la hora de resorber el fosfato (aprox. 60 %), debe captarse cerca del doble de calcio para que la relación no sea inadecuada. El fosfato no solo se resorbe mejor, sino que además se encuentra disponible en numerosos alimentos (carne, embutidos, refrescos de cola, productos acabados), que hoy integran cualquier menú.

Vitamina K y vitamina C

La vitamina K cumple también un papel en el aprovechamiento óptimo del calcio. Las proteínas conectadas con la vitamina K se enlazan con el calcio, lo cual lleva a que se mejore la incorporación del calcio a la sustancia ósea. La vitamina C estimula los osteoblastos (células formadoras de los huesos).

Evitar los antagonistas del calcio

Determinados alimentos bloquean la captación del calcio. Además del fosfato, se trata del ácido oxálico y de la fitina. El calcio produce tanto con la fitina como con el ácido oxálico complejos de difícil solubilidad. La fitina está presente, por ejemplo, en los cereales recientemente molidos. El ácido oxálico está presente en la acelga, la espinaca, el chocolate, el ruibarbo y la remolacha colorada.